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6 consejos para diseñar el logotipo perfecto para tu página web

Durante toda la historia el ser humano ha intentando sintetizar plásticamente tanto los elementos que le rodeaban hasta aquello únicamente existente en la imaginación, dándonos desde  los famosísimos jeroglíficos egipcios hasta los actuales emojis de WhatssApp. Los logotipos, al igual que estas representaciones del lenguaje, se adhieren a nuestro imaginario colectivo formando parte de nuestra forma de entender el entorno. Algunos de ellos incluso podríamos decir que son esenciales en nuestro día a día aunque no nos demos cuenta: Convivimos con ellos, nos movemos entre ellos, incluso pensamos a través de ellos. Son uno de los elementos más importantes y característicos de nuestra sociedad actual.

El logotipo es la representación de lo que deseamos transmitir, la firma de nuestro trabajo, la esencia de lo que producimos; un conjunto de elementos visuales que recogen aquello que queremos dar y que a su vez anuncian la forma en la que lo hacemos, y a su vez es uno de los elementos que direccionará la línea del diseño de nuestra web, buscando la unión entre este y la plataforma digital que lanzaremos.

Pero, ¿qué es lo que realmente hace que un logotipo funcione adecuadamente tanto en nuestra página web como por su propia cuenta?

1- El dibujo es importante 

Sí, un logotipo está pensado para ser leído. Sí… eso conlleva texto… Pero ¿qué es lo que realmente hace que te acerques a leer un texto?

A veces, un trazo espontáneo, un garabato curioso o una figura expresiva nos atraen apelando directamente hacia nuestras emociones, imaginación o sentidos.

Pequeños elementos expresivos representados a través del dibujo dotarán a tu logotipo de esa humanidad y unicidad que busca el cliente.

2 – Acierta con los colores

Al igual que el dibujo, el color demuestra un aspecto estético esencial.

Estos despiertan la mente, sacuden nuestra atención, ¡pero cuidado!, el equilibrio es fundamental. No debemos mover en este aspecto entre la moderación y el contraste. Ten en cuenta su integración en la página.

Comparar colores utilizando una paleta pantone te ayudará a realizar tu búsqueda.

3 – Elige los motivos adecuados

Tanto el color como el dibujo establecerán la relación perfecta con los objetos que desees incorporar junto a tu marca.

En esta modalidad, apunta hacia los clásicos en caso de dudas, son éxito seguro a la hora de reconocer los servicios de tu marca: Utiliza elementos que se relacionen directamente con lo ofrecido.

Se trata de establecer una conexión entre las referencias visuales y el equilibrio estético. Esta conexión siempre la puedes prolongar utilizando iconos en tu página web que se relacionen con las referencias de tu logotipo.

4 – Tipografía

Uno de los puntos en los que más nos centramos a la hora de realizar nuestro diseño es la fuente seleccionada, y no es para menos.

La tipografía es una de las características más importantes a la hora de identificar el carácter de nuestro producto. Define aquello que se vende, el público y el género al que va dirigido, la exclusividad y calidad, etc.

Entonces ¿por qué no atreverse a pasar de la ‘Arial’? No tengas miedo a la hora de probar con fuentes que no pertenezcan al grupo serif o monospace. La tipografía del resto del texto en tu página ya equilibrará la seleccionada en tu logotipo.

Intenta mezclar tamaños, colores, incluso diferentes fuentes en el mismo texto.

5 – Texto… no te pases de la lengua!

El texto en el logotipo, a parte de ser prescindible, debe seguir las reglas ‘tweet’: breve, conciso y limitado. Si consigues encontrar aquello indispensable en tu texto, adivina… ¡retweets!

Trata de escoger las palabras claves que se relacionen con tu marca. No intentes dar una definición exacta, el conjunto en general debería hablar por sí solo.

Debe ser lo suficiente directo como para poder recoger la esencia de lo que se vende en escasos segundos y bastante extenso como para especificar el servicio. Claro está, como hemos dicho, legible y reconocible en pocos segundos, no queremos que nuestros logos acaparen demasiada atención: debe dar pié a que el consumidor navegue en busca de más información a través de tu página web.

6 – Menos es más

Como dijo Mies van der Rohe Less is more’.

Todas estas claves que hemos dado anteriormente necesitan conectarse entre si. No es necesario que las utilices todas o que las explotes al máximo.

A veces la clave está en la sutileza y la brevedad. Busca el equilibrio en la composición, e intenta que se relacione armónicamente con tu proyecto web.

Piensa en todos estos elementos como un conjunto, no de forma individual.